Como mi antiguo grupo fue eliminado compartiré en esta web una traducción que hice allí, la cual por el tema que tratan me parecen relevantes en nuestro tiempo.
Autor: Friedrich Wilhelm Nietzsche.
Libro: Crepúsculo de los ídolos
Capítulo: El mejorador de la humanidad
Sección: 2.
-Traducción personal-
Un primer ejemplo, y completamente provisional. En todos los tiempos se ha querido "mejorar" a los hombres: esto ante todo es lo que se denomina moral. Pero bajo la misma palabra se encubre la tendencia más divergente de todas. Tanto la domesticación de la bestia humana como la cría de un determinado género humano fueron llamadas "mejoramiento": solo estos termini zoológicos expresan realidades — sin duda realidades de las que el típico "mejorador", el sacerdote, nada sabe — nada quiere saber... Llamar a la domesticación de un animal su "mejoramiento" es para nuestros oídos casi una broma. Quien sabe lo que ocurre en las casas de fieras duda de que allí mismo la bestia sea "mejorada". Se la debilita, se la hace menos dañina, se la vuelve, a través del afecto depresivo del miedo, a través del dolor, a través de heridas, a través del hambre, en una bestia enferma. No es diferente con el hombre domesticado, que el sacerdote ha "mejorado". A principios de la edad media, cuando de hecho la Iglesia era ante todo una casa de fieras, se daba caza en todas partes a los más bellos ejemplares de la "bestia rubia", — se "mejoraba" por ejemplo a los nobles germanos. Pero ¿cómo se veía posteriormente tal germano "mejorado", seducido al monasterio? Como una caricatura de hombre, un engendro: fue convertido en pecador, puesto en una jaula, se le había encerrado entre conceptos manifiestamente terribles... Ahí yacía ahora, enfermo, defectuoso, malévolo hacia sí mismo, lleno de odio hacia los impulsos de vida, lleno de sospecha hacia todo lo que todavía era fuerte y feliz. En una palabra, un "cristiano"... Dicho fisiológicamente: en la lucha con la bestia el hacer enfermar puede ser el único medio para debilitarla. Eso lo entendió la Iglesia: echó a perder al hombre, lo hizo débil, — pero tuvo la intención de haberlo "mejorado"...
Libro: Crepúsculo de los ídolos
Capítulo: El mejorador de la humanidad
Sección: 2.
-Traducción personal-
Un primer ejemplo, y completamente provisional. En todos los tiempos se ha querido "mejorar" a los hombres: esto ante todo es lo que se denomina moral. Pero bajo la misma palabra se encubre la tendencia más divergente de todas. Tanto la domesticación de la bestia humana como la cría de un determinado género humano fueron llamadas "mejoramiento": solo estos termini zoológicos expresan realidades — sin duda realidades de las que el típico "mejorador", el sacerdote, nada sabe — nada quiere saber... Llamar a la domesticación de un animal su "mejoramiento" es para nuestros oídos casi una broma. Quien sabe lo que ocurre en las casas de fieras duda de que allí mismo la bestia sea "mejorada". Se la debilita, se la hace menos dañina, se la vuelve, a través del afecto depresivo del miedo, a través del dolor, a través de heridas, a través del hambre, en una bestia enferma. No es diferente con el hombre domesticado, que el sacerdote ha "mejorado". A principios de la edad media, cuando de hecho la Iglesia era ante todo una casa de fieras, se daba caza en todas partes a los más bellos ejemplares de la "bestia rubia", — se "mejoraba" por ejemplo a los nobles germanos. Pero ¿cómo se veía posteriormente tal germano "mejorado", seducido al monasterio? Como una caricatura de hombre, un engendro: fue convertido en pecador, puesto en una jaula, se le había encerrado entre conceptos manifiestamente terribles... Ahí yacía ahora, enfermo, defectuoso, malévolo hacia sí mismo, lleno de odio hacia los impulsos de vida, lleno de sospecha hacia todo lo que todavía era fuerte y feliz. En una palabra, un "cristiano"... Dicho fisiológicamente: en la lucha con la bestia el hacer enfermar puede ser el único medio para debilitarla. Eso lo entendió la Iglesia: echó a perder al hombre, lo hizo débil, — pero tuvo la intención de haberlo "mejorado"...
En alemán:
Ein erstes Beispiel und ganz vorläufig. Zu allen Zeiten hat man die Menschen „verbessern“ wollen: dies vor Allem hiess Moral. Aber unter dem gleichen Wort ist das Allerverschiedenste von Tendenz versteckt. Sowohl die Zähmung der Bestie Mensch als die Züchtung einer bestimmten Gattung Mensch ist „Besserung“ genannt worden: erst diese zoologischen termini drücken Realitäten aus — Realitäten freilich, von denen der typische „Verbesserer“, der Priester, Nichts weiss — Nichts wissen will… Die Zähmung eines Thieres seine „Besserung“ nennen ist in unsren Ohren beinahe ein Scherz. Wer weiss, was in Menagerien geschieht, zweifelt daran, dass die Bestie daselbst „verbessert“ wird. Sie wird geschwächt, sie wird weniger schädlich gemacht, sie wird durch den depressiven Affekt der Furcht, durch Schmerz, durch Wunden, durch Hunger zur krankhaften Bestie. — Nicht anders steht es mit dem gezähmten Menschen, den der Priester „verbessert“ hat. Im frühen Mittelalter, wo in der That die Kirche vor Allem eine Menagerie war, machte man allerwärts auf die schönsten Exemplare der „blonden Bestie“ Jagd, — man „verbesserte“ zum Beispiel die vornehmen Germanen. Aber wie sah hinterdrein ein solcher „verbesserter“, in’s Kloster verführter Germane aus? Wie eine Caricatur des Menschen, wie eine Missgeburt: er war zum „Sünder“ geworden, er stak im Käfig, man hatte ihn zwischen lauter schreckliche Begriffe eingesperrt… Da lag er nun, krank, kümmerlich, gegen sich selbst böswillig; voller Hass gegen die Antriebe zum Leben, voller Verdacht gegen Alles, was noch stark und glücklich war. Kurz, ein „Christ“… Physiologisch geredet: im Kampf mit der Bestie kann Krankmachen das einzige Mittel sein, sie schwach zu machen. Das verstand die Kirche: sie verdarb den Menschen, sie schwächte ihn, — aber sie nahm in Anspruch, ihn „verbessert“ zu haben…
Ein erstes Beispiel und ganz vorläufig. Zu allen Zeiten hat man die Menschen „verbessern“ wollen: dies vor Allem hiess Moral. Aber unter dem gleichen Wort ist das Allerverschiedenste von Tendenz versteckt. Sowohl die Zähmung der Bestie Mensch als die Züchtung einer bestimmten Gattung Mensch ist „Besserung“ genannt worden: erst diese zoologischen termini drücken Realitäten aus — Realitäten freilich, von denen der typische „Verbesserer“, der Priester, Nichts weiss — Nichts wissen will… Die Zähmung eines Thieres seine „Besserung“ nennen ist in unsren Ohren beinahe ein Scherz. Wer weiss, was in Menagerien geschieht, zweifelt daran, dass die Bestie daselbst „verbessert“ wird. Sie wird geschwächt, sie wird weniger schädlich gemacht, sie wird durch den depressiven Affekt der Furcht, durch Schmerz, durch Wunden, durch Hunger zur krankhaften Bestie. — Nicht anders steht es mit dem gezähmten Menschen, den der Priester „verbessert“ hat. Im frühen Mittelalter, wo in der That die Kirche vor Allem eine Menagerie war, machte man allerwärts auf die schönsten Exemplare der „blonden Bestie“ Jagd, — man „verbesserte“ zum Beispiel die vornehmen Germanen. Aber wie sah hinterdrein ein solcher „verbesserter“, in’s Kloster verführter Germane aus? Wie eine Caricatur des Menschen, wie eine Missgeburt: er war zum „Sünder“ geworden, er stak im Käfig, man hatte ihn zwischen lauter schreckliche Begriffe eingesperrt… Da lag er nun, krank, kümmerlich, gegen sich selbst böswillig; voller Hass gegen die Antriebe zum Leben, voller Verdacht gegen Alles, was noch stark und glücklich war. Kurz, ein „Christ“… Physiologisch geredet: im Kampf mit der Bestie kann Krankmachen das einzige Mittel sein, sie schwach zu machen. Das verstand die Kirche: sie verdarb den Menschen, sie schwächte ihn, — aber sie nahm in Anspruch, ihn „verbessert“ zu haben…